Entradas

Mostrando las entradas de junio, 2009

Vada

Hoy desperté feliz. Y es que no hay razones para no ser feliz; hasta que veo las noticias o escucho la radio, algo así como Mafalda, ¿se acuerdan? Igual, la felicidad sigue presente, y es que hasta hace unos días estaba bastante bajoneada y andaba como perro con Moquillo. (No estaba enferma, pero, ¿han visto alguna vez a un perro con Moquillo?) Pues bien, estaba así, y de paso nadie me soportaba –incluso yo-. Pasaron los días, y me puse feliz de nuevo, y pues, tengo razones para estarlo, pero no es sobre esas razones que escribo ahora. Estoy intentando conectarme a Internet, pero me sale que no puedo. He estado teniendo este tipo de problemas con mi servidor desde hace unos 10 días, y ya me cansé… digo yo; ¿hasta dónde dependemos de la tecnología?, ¿hasta dónde dependo yo del Internet? Y me asombra la respuesta, porque creo que no podría vivir sin Internet… buaaa me entristece (pero no me quita la felicidad). Pasa, queridos, que todas las tecnologías se han vuelto males necesarios, tod

Hoy

Valeria está un poco ebria. Ha tomado ya cuatro vasos de whisky, y unas seis latas de cerveza. Tiene fama de resistir mucho alcohol, es por eso que todavía no ha tenido nauseas ni ha hecho nada vergonzoso, salvo coquetear con Jorge, quién la mira desde el otro lado de la sala. Cuando se sirve el quinto whisky, las palabras se entremezclan con sonidos de beodo, pero ni se inmuta; a unos metros ve a Tico y a Mario que fuman mariguana, decide unírseles, pero entre bromista y seria les pregunta si no tienen algo más fuerte. Los chicos se miran, le preguntan ¿algo fuerte como qué? Y ella simplemente hace la típica emulación de cómo inhalar cocaína. Sonríen; los tres se van a un lugar más apartado. No queda mucha gente en la casa, salvo ellos tres, más Jorge, Federico, un gringo que se llama Jan y dos chicas borrachísimas que cantan karaoke. En la cocina –donde preparan las líneas-, Tico tararea la música estridente de los parlantes, mientras que Mario acribilla con recomendaciones a Valeria

Sinestesia

Cuando estaba azul se notaba a leguas, era una suerte de luz cegadora, más o menos como cuando uno se imagina la muerte, pero pues, nada que ver con eso, era como una intensidad pacificadora que traspasaba esquemas y entendimientos. Cuando estaba amarilla, irradiaba seguridad y fuerza; le gustaba estar amarilla, pero prefería estar azul. Cuando estaba anaranjada, estaba apesadumbrada por algún proyecto no claro, pero no perdía la línea divisoria entre estar bien y estar mal; le gustaba estar anaranjada, porque muchas veces podía escribir rápido y sin pensar y paría cosas decentes. Cuando estaba verde, estaba fuera de sí. Lo único que quería era pasar de incógnito entre la gente, camuflarse como una hormiga entre el pasto, solo que ella era una humana en la Tierra. Cuando estaba café se sentía sensual, estaba totalmente entregada a la fascinación que le despertaba el hecho de ser mujer, el hecho de saber que en ella se podían engendrar retoños y que tenía la capacidad de que mil amantes

Querido Wolfango: (tres)

¡ERES UN HIJO DE PUTA! ¡Nunca me dijiste que habría este tipo de ataques toda vez que decidiera escribirte! ¡Nunca mencionaste que la tortilla se daría la vuelta! Solamente tenía que ser una niña buena, una niña obediente… ¡¿no lo fui Wolfango?! ¡Te juro que al menos sí tenía la intención! Vamos a obviar esas tres semanas Wolfango, para que no caiga en lo que sabemos… vamos a obviar los sucesos drásticos y trágicos para concentrarnos en mi salud mental, ¿estamos? No me han ayudado (las drogas). No. No me ha ayudado, no. Tampoco. No, no y no. Ella, ella a veces… la última vez que fui sí me ayudó, pero ya sabes, dice todo lo que quiero escuchar… entonces me he sentido sola. ¡No me interrumpas Wolfango! Basta… estoy bastante molesta, no voy a salir con la zalamería de “nadie me entiende”, eso ya lo sabemos hace tiempo. Toca no más que me vaya a la perrera municipal a esperar mi muerte pacífica (o a palazos), pero al fin y al cabo entre los perros y las perras y observar sus orgías perruna

Apología a las plagas

¡Auxilio! ¡Ayuda!, ten, ten, lleva la comida a un recoveco protegido, lleva también a las larvas y a los pelos. ¡Apúrense! ¡Dejen a los viejos, ya no se puede hacer nada por ellos! ¿Qué? ¡No me importa que estén llorando! ¿Ya llevaron las vituallas a mejor recaudo? ¿Más o menos cuántos gramos son? ¿Qué? No, pues la verdad es que no sé. Dijeron que eran dos tipos, pero al final los del túnel C afirmaron que eran tres, o cuatro… ahorita la cantidad de tipos no importa, hay no más que entrar en pánico. Lo que me huevea es que invertimos tanto tiempo en hacer los simulacros; ¡y hoy que pasa de verdad, todos parecen idiotas! ¡Ya sabía yo que no debía de meterme a estos hueveos politiqueros! ¡Y menos en este puto túnel! No, no, no es contigo el problema, ni con mis superiores o los tarados que tengo por debajo, lo que pasa es que en este túnel ¡hay demasiada desorganización! Aquí entre nos, debería volver a haber una masacre como la del ’97, o mejor aún, como la de 2006. ¡No! No soy una dic

No me basta

_¿Mi amor? _Sí... mi vida. _Si sabés que no haremos el amor jamás; ¿por qué estás a mi lado? _Porque te amo, mi cielo, porque te amo. _¿Me amas?, ¿por qué?, si no quiero tocarte, no me nace besarte, no deseo acogerte; me das asco. _Aún así cariño, te amo y eso es todo lo que importa. _Es porque tenés otra, ¿no? _No, hermosa, no necesito otra, con amarte me basta. _¿Y te sobra? _Me basta y me sobra con amarte. _A mí no, así es que empacá tus cosas y largate. *Nota. Este cuento, por más que deseara que fuese mío, -no lo es-. Lo escribió una escritora boliviana; se llama Paola Senseve Tejada y ganó el II Premio Nacional de cuentos. Espero que si llega a verlo ella o alguien que la conozca publicado en mi blog, no me demande!!! XD en todo caso, siempre aclaro cuando no son cosas mías; hoy no es la excepción. *Nota dos: para familiarizarce enteramente con el cuento, deben leerlo tal y como está, respetando los acentos (que no son respetados por la Real Academia), pero que es así como se hab

¿Qué hacemos acá?

Dicen que entre una camada de cachorritos siempre nace uno débil y –eventualmente muere-, sea éste aplastado por la madre (por la naturaleza sabia que incita a la misma a hacerlo porque –sabe- que el cachorro no tiene posibilidades), o bien el perrito termina muriendo de hambre y/o de frío porque éste es rechazado por la progenitora. A veces llegan a sobrevivir un par de días, pero el calostro (primera leche llena de nutrientes, -indispensable para su supervivencia-, no abastece para todos), y menos para éste o ésta marginada cachorra, entonces, -muere-. Esto ocurre en miles de especies animales, pero la vemos más comúnmente en perros y en gatos. Mientras más animales nazcan, hay una tasa más alta de muertes. Imaginemos que nacemos en una camada de perros, somos tú o yo más 8 hermanitos, el panorama está claro, alguien va a morir. ¿Pasa esto también en la raza Humana? Digamos que no. Hay embarazos de gemelos, trillizos, cuatrillizos, sextillizos, octillizos y –maravillaos- no sé dónde

Yo - versión 16.09

Si digo que te necesito es eso: te necesito. Si digo que te odio, no es eso, es que –generalmente- te quiero. Si digo que vengas, que quiero verte, es eso: quiero que vengas y quiero verte. Si pongo excusas por no poder verte, es porque realmente no quiero verte. Si te pido que me entiendas es con la finalidad propia de que me entiendas, pero ambos sabemos que en el fondo no vas a entenderme, lo que le añade más dramatismo al asunto. Si te digo que te amo, a veces solamente quiero decir que te quiero, aunque la mayoría de veces, realmente te amo, pero, te amo, "amo", no quiero. Si te digo que estoy deprimida, es porque estoy deprimida y solamente necesito un abrazo. Las palabras en esta situación están demás. Si aparece uno de mis ataques neuróticos, es mejor que te vayas, ya sabemos cómo me pongo. Aunque en el fondo desearía que no te fueras y que soportaras un ataque a mi lado, para que sepas que no exagero y que por más bipolar me torne el ataque, siempre termino asintiend

Cobayos Universales

Vamos por partes. Algunos mortales creen que son inmortales, entonces cometen actos de trascendencia positiva para sus vidas. Otros creen que la vida no tiene sentido, entonces terminan encerrados en algún sótano imaginario y deciden ignorar y ser ignorados. Hay aquellos que simplemente viven porque les toca vivir; no saben qué les concede el futuro ni tampoco les importa, pero tienen que vivir, puesto que –seguramente- hay alguna razón que justifique tal hecho. Mencionemos también a aquellos que por cuestiones existenciales –fuera de mi compresión-, flagelan lo lindo de la vida. Apedrean a aquellos que no deberían ser apedreados y denigran a los que no deberían ser denigrados (generalmente). Hay algunos bravos que toman la vida por las astas, que consiguen lo que quieren sin justificar ni disputar los medios para la obtención de lo requerido, pero que por más viles que resulten estos individuos, son reconocidos por haber logrado “algo”. Hay también mujeres que nacen en cuerpos de homb

Borrador (uno)

Ven, ven. Toca que sepas, toca que entiendas cómo funciona el mundo. No es como tú creías, el mundo no está desadaptado, la desadaptada eres tú. Me baso en tu file, me baso en tu kardex, me baso en lo que quieras que me base. Sí, también me baso en las cartas no respondidas. Siento no haber podido ser de gran ayuda cuando volvieron, pero es que toca que también te pongas en mis zapatos, ¿no? Como sea, he visto que te has adueñado de mi formato (el de Papa Noel), que como vía de canalización es excelente, por lo tanto es pertinente que te hayas adueñado de él. Me alegra, pues creo que realmente te ayuda. ¿Cuál es el fin –mi fin- ahora? Shhh, no digas nada, supongo que sabes a qué me refiero, pero ciertamente no estoy de acuerdo. No. Es mi sentencia, no esperes escuchar lo que quieres, he ahí una de las 10000 cepas de tus conflictos (de los inventados y de los reales). No todo es como quieres o como esperas, ya estás lista para desmembrar ese cuerpo, esa dermis, ese todo. Llámalo como q