¿Eres?




Despojémonos de vergüenzas inéditas y quitémonos todo vestigio de tela en nuestros inmundos cuerpos.

Respiremos, cantemos, comamos del mismo plato, bebamos del mismo vaso, o qué crees por ser letrado en animalística, ¿mis despojos no son utilitarios? ¡Calla y mastica! Mastica carne de soya, gomas o llantas, mastica canciones y plásticos en formas de iguana y utiliza tu figura como flecha segura.

¡Vamos por el resto de los gatos! Tómalos y succiona la toxina, quita la migraña de sus pequeños sesos y rumia -por dentro- tus culpas y las de ellos.

Decapita deidades y procura regirte por tu hermético dadaísmo, eso no quitará -de ninguna manera- la música con la que te conceptualizo.

Besa, abraza, canta y recorre. Recorre calles y avenidas, el metro no existe; los kilómetros abundan. Sé siempre el que quieres ser, alma libre con pies sin calibre, hegemonía de partes auditivas y concretas cuerdas vocales emancipadas en una esquina. Mas no me digas, no me busques, no me admires. No me mires ni te rías, no escupas palabras sin razón de ser; palabras poco independientes, que saltan como balines en carnavales, fuerza de proyectiles de poco alcance, pero de mucho alarde.

Enamora y deja que te enamoren, tu aura es tan bella como tus escondidos detalles…, besa, deja que te besen, tiembla en el éxtasis más puro y sensato que te muestren sus debilidades… ¿Porqué es tan difícil que ames? ¿Por qué es tan fácil que te amen? Cuestiónate -pues- lo incuestionable, no rías, no llores, sólo analiza sus partes; capítulos inconclusos porque tú quieres, palabras vomitadas al aire.



Sé pues… Sé pues… Quien quieras ser.




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