Mentitas
En más o menos cuatro mil minutos todo ha pasado. Miradas furtivas y palabras entre susurros, besos imaginarios enigmáticos y temáticos.
Mil millones de minutos atrás; las mismas miradas furtivas, similares palabras susurrantes, tabúes extraordinarios que ninguno confesara a nadie, porque a nadie pareciera importarle…, al final; ¿a quién le importa en realidad?
Gigantescas alas los separan y no se han dado cuenta. ERROR
-ya se han dado cuenta-.
Muchísimos millones de minutos atrás, sin haber miradas furtivas ni palabras entre susurros, mucho menos besos enigmáticos y temáticos, las alas crecían por allá y por acá! Las de él un poco más grandes, las de ella más delicadas y audaces!
Momentos de mediteo feroz varias veces por semana, palabras arrebatadas y rebuscadas al mejor estilo kafkaiano…
Sendos matices de verde han encontrado juntos. Árboles abiertos y cerrados han escalado -o volado, trepado, robado, mascado-…
Momentos fugaces de olor a hierbabuena, conversaciones en La Catedral ; sin querer emular –bajo ningún concepto- a Vargas Llosa.
Tedios de tardecita/nochecita, esperando -las dos veces- con ansias el momento de la charla y el café imaginario. Música, drogas, política, libros, libros, libros!!! Cualquier tema es interesante (apasionante) si lo comparten. -Dicese que sí, mil veces sí-.
Patitas juntas, calor abnegado, palabras cruzadas a las cuatro de la mañana…, emoción que levita aún en su espalda.
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