Enero o Standby



Este es el standby de la Camélida. 


Me duele el ojo izquierdo de una manera extraña. Mi cerebro me dice que un raro mosquito polaco ha desovado en mi párpado inferior hace 48 horas. Los huevos se han roto y de ellos han salido 12 larvas; dos de ellas se han comido a las más pequeñas y ahora quieren comerse la una a la otra. En todo el trajín de las últimas horas, las larvas se han movido y han crecido, por eso me duele el ojo. Las próximas 24 horas son vitales para saber quién ganará la batalla; si una de las larvas o mi sistema inmunológico intentando eliminarlas con ácidos oculares simples.
Mañana será otro día y quizás no tenga un ojo para ver la mitad del amanecer, sólo podré verlo con mi ojo derecho; veré cómo sale la mitad del sol a eso de las 7:30 de la mañana, entre nieve y bruma, pero sólo la mitad. Qué desgracia.

En mi fuero interno quería hacer la continuación de: "las aventuras de Santiago", con eso de la confesión y lo de las noticias... Quería hacer una nueva confesión pero hacia su madre, pero los personajes no me salen, exigen mucha estructura y harta pasión. Carezco de ambos. Si no sabes de qué hablo, lee los dos posts anteriores a este.

Me puse a revisar las entradas antiguas del Blog y quedé espantada. Avergonzada -principalmente- por la redacción de infante y por el burdo contenido de algunos posts, estuve a punto de eliminar varios, pero me detuve, porque son mi crecimiento como escritora sin éxito y es lo que me han hecho lo que soy hoy, (una escritora sin éxito). Me he tomado la libertad de adornar algunos con comas, puntos y palabras inventadas; he borrado algunas líneas que no tenían sentido en un par de entradas y me he espantado y puesto roja al leer otras. Hace ya un par de años que configuré que nadie me dejara comentarios, ya que tuve problemas en una época con un fan no tan fan que me detestaba y escribía cosas destructivas para mi autoestima de Titán, por eso decidí omitir los comentarios (qué Titán, ¿no?) Y hace ya un par de meses volví a instalar los comentarios, pero ahora nadie me lee, excepto Bianca, una mina de Las Vegas que baila pole dance y también tiene un Blog, más personal que literario, pero hey, lo personal es la nueva literatura de 2013, sino chequeen blogs al azar.

También he fantaseado con la idea de que en el trabajo -si se puede llamar así- un día aparezcan los editores de arriba con un ramo de flores y me anuncien que van a publicarme en español... He ensayado mis reacciones frente al espejo, ¡y hasta casi he logrado llorar de orgullo!, pero no, luego me quedo mirando la taza de café vacía, pensando que la impresora no tiene tinta y que -inevitablemente- la computadora me avisará sobre la cuestión y la proeza del día será cambiar los cartuchos.

Con mi novio igual todo bien, aunque hace unas semanas le dije que quiero un hijo (no sé de dónde me salió lo maternal, lo juro) y se atoró con camaroncitos chinos que deglutía en el momento. Y no es falta de amor o compromiso de su parte (¿o si?), es pánico a ser padre a los 40 y yo madre a los 25. Dios mío, estoy tan deprimida por pretender tener 25. En unos días cumplo 30 y no he logrado nada en mi vida, excepto desarrollar esa coraza cetácea que me aísla del dolor, la felicidad y las buenas costumbres. Así comenzamos enero gente, así casi tuerta, con el útero escondido y la fantasía de que me publiquen en un país que ni siquiera es el mío.

Este es el standby de la Camélida. 

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