La Confesión de Santiago




-Padre, Padre, he pecado.
-En el nombre de Dios y del Espíritu Santo. Cuéntame tus pecados hijo mío.
-Padre he mentido.
-¿A quién le has mentido?
-A mis padres, a mi hermano, a mis superiores Padre.
-¿Cuáles han sido las mentiras?
-Muchas Padre. No he hecho lo que debía, los he engañado a todos.
-¿Cómo?
-He utilizado el dinero de mis padres en cosas para mí y mi disfrute.
-Placeres mundanos hijo mío, ¿en qué habéis malgastado el dinero?
-Los he engañado Padre. He comprado sexo y drogas. He dejado la universidad y los he engañado a todos y ahora no sé cómo redimirme. El Demonio de la droga me persigue Padre.
-¿Porqué habéis hecho eso?
-Porque soy débil Padre, soy muy débil y vulnerable Padre y eso no es todo.
-¿Qué más habéis hecho? 
-Una novia mía ha abortado Padre, un hijo mío, o eso decía.
-¿Era el hijo tuyo o no?
-Si, Padre.
-¿El pecado no es tuyo, sino de ella lo ha abortado sola, fue decisión de ella?
-No Padre, fue de ambos, incluso creo que más mía que de ella.
-Explícate.
-No pensaba que fuera mi hijo porque se acostaba con todos. Eso no es justo Padre, que se acueste con todos.
-¿Y tú te acostabas con otras mujeres aparte de ella?
-Sí Padre, pero es diferente porque soy hombre y porque yo no quería nada serio con ella.
-¿Y porqué es diferente porque seas hombre? Tú habéis pecado igual que ella, al cometer el pecado de la lujuria, la gula y el asesinato.
-Pero yo no hice el procedimiento Padre, ella abortó con mi ayuda y la de unas medicinas, pero yo no hice nada Padre.
-Ambos tienen la misma culpa hijo mío.
-Hay más Padre.
-Continúa.
-Que después del aborto, a muerto.
-¿Quién a muerto?
-Mi novia.
-Jesús... ¿Y cómo?
-Se le han salido las tripas por la vagina padre, pero yo no lo he hecho, había mucha sangre y se ha muerto
-¿Y qué habéis hecho? 
-La he escondido Padre, la he congelado.
-¿Qué?, ¿cómo?
-En casa, en un congelador, la he metido allí y he limpiado todo.
-¿Hace cuánto ha pasado esto?
-Hace doce días Padre.
-¿Y no se lo has contado a nadie?
-No, sólo a usted porque ya no puedo más... ¿Me perdona Padre?
-¿Qué más has hecho?
-He mentido a mis padres y hermano. He robado y he utilizado drogas.
-¿Qué más? 
-La he violado.
-¿A quién?
-A mi novia, a la muerta.
-¿Fue el aborto, fruto de la violación?
-No.
-¿Cuándo la violaste?
-Hace doce días Padre, luego hace once y de nuevo hace diez.
-¡¿Has profanado un cuerpo sin vida?!
-Por eso he venido a confesarme Padre.
-¿Alguien más sabe de esto?
-Ya le dije que no, Padre. ¿Puede absolverme?
-¿En qué más has pecado?
-La he ayudado en su muerte
-¿A tu novia?, ¿y cómo?
-Se le iba la vida por abajo, entonces la he ahogado con una almohada, pero Padre, le juro que eso lo hice pensando en el sufrimiento de la pobrecita.
-¿No había posibilidad de salvarla, de llamar una ambulancia?
-No.
-¿Porqué?
-Porque habían muchas drogas y creerían que yo lo hice sólo y me llevaría a la cárcel y no quiero ir allí, por eso he venido a buscar el perdón de Dios. ¿Puede absolverme Padre?
-Es muy grave lo que has hecho hijo mío... ¿Hay algo más?
-Cosas pequeñas
-¿Como cuáles?
-He probado la sangre
-¿Qué sangre?
-La sangre de ella y la del feto, la he probado porque me llamaba.
-¿Habéis bebido la sangre de tu víctima?
-No fue mi víctima realmente Padre, pues ella iba a morir igual porque estaba destripada.
-Necesito un momento.
-Y yo necesito su absolución Padre.
-¿Qué más has hecho?
-He comido de su carne.
-¿Cuánto?
-Sólo un pedazo pequeño, no me ha gustado. Absuélvame Padre, por favor.
-¿Qué más has hecho?
-Nada más Padre.
-¿Es esta la primera vez que te confiesas?
-Sí Padre.
-Entonces debes de tener muchos pecados en tu espalda.
-Si, pero ahora le he contado los más graves, los que no me dejan en paz. Si tengo su absolución estaré bien.
-¿Eres Católico?
-No lo sé. Me bautizaron, he hice la Primera Comunión, supongo que sí lo soy.
-Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo... ¿Cómo te llamas?
-Santiago, Padre.
-Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también perdonó a vosotros en Cristo, Efesios 4:32
-Entonces, me absuelve Padre?
-Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Colosenses 3:12-13
-¿Padre?
-Debes tener fe, pues el Demonio ronda tras tuyo hijo mío.
-¿Qué debo hacer?
-Orar por tu alma y tus pecados, orar por meses si es necesario para obtener la gratitud del Padre.
-¿Y cómo lo hago?
-Comienza y termina tus días con veinte Padre Nuestros y veinte Ave Marías. Durante el día concéntrate en 'Veni Creator', mientras que con un Rosario rezas y pides por tu alma y el amor infinito de Dios te ha de inundar. Reza también, el 'Ven Espíritu Santo', con el 'Miserere' durante las primeras horas de la mañana, por lo menos cincuenta veces cada uno.
-¿Así obtendré el perdón de Dios, Padre?
-Sí. Pero hay una cosa más. Una muy importante.
-¿Cuál, Padre?
-Debes darle Santa sepultura al cuerpo de la mujer y el feto. Debes aceptar tus pecados y hacerte responsable de los mismos, debes avisar a las autoridades sobre aquello que habéis cometido.
-Pero tengo miedo, Padre.
-El miedo será sólo pasajero, Si realmente quieres obtener la redención, debes hacerlo, y así serás libre.
-Es que no estoy listo, Padre.
-Tómate tu tiempo, cuándo estés lleno del poder de Dios, hazlo.
-¡Gracias Padre!
-Pero Santiago, hijo mío, debes hacerlo, sino tu confesión no habrá valido la pena, y tu alma por siempre arderá en el Infierno.
-Lo haré Padre, le agradezco... ¿Puedo donar algún dinero a la Iglesia? Me siento muy feliz por haber sacado esto de mi alma.
-Puedes, mas no es necesario.
-Aquí tengo algo de dinero, mío, no de mis padres, se lo dejo a usted, acá en la mesita de confesión.
-Esta bien hijo, ve en paz, pero ya sabes lo que tienes que hacer, cuando estés listo.
-Sí Padre, muchas, muchas gracias.
-En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo yo te absuelvo de tus pecados hijos mío.
-Amén Padre.
-Amén Hijo.



Comentarios

  1. El final decae un poco no. Al final todos felices, perdonando y perdonados

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  2. Hola!!! Uno de mis lectores fieles volvió! Gracias por el comentario. En serio el final te parece así medio malo? A mí me encantó, porque quiero hacer de este relato otro de la misma raíz, a ver y cómo sale. Saludos! :)

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  3. A mi el final me encanta, porque de hecho me parece que es exactamente lo que sucede, no creo que un cura llamaría a la policia porque sabemos que para estas gentes el perdon de dios es superior al del hombre. Entonces tal vez al curita le haya dado un patatus despues pero que mas va a hacer. me encanta que hayas imaginado a un personaje tan maquiavelico y que termine buscando la redencion sin querer admitir realmente su culpa para atribuirsela al "demonio"... Me encantan todas las dimensiones posibles que encara este pequeño relato y no podia esperar para el desenlace. Amé camélida!!!! eres una capa podrias escribir un libro entero con este formato entre historia/dialogo/noticia policial

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  4. Ñeeerrrdaaaa, se me infló el pecho! Gracias, gracias :D si, es un maquiavélico mi Santiago, pero creo que he creado personajes peores que este... Sin embargo, es la primera vez que escribo la continuación de un relato, y no termina ahí! Faltan la otra cofesión jeje. Gracias infinitas por leer!

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