Pour Mushu

Hoy es el día mundial, (no estoy segura de si es mundial); pero bueno, es el día de “La Libre Expresión y Libertad de Prensa”, entonces he decidido expresarme.

Estoy en total desacuerdo sobre poner a mi gato Mushu Esteban a dormir. Mushu cumple 6 años el 7 de julio. Esos vienen a ser -aproximadamente- 20 años gatunos (los 7 años son solamente en perros de razas grandes); anyway, Mushu es mi gato de pura cepa. Siamés de Siam, el pedigree le corre por las venas y los pelos que se le caen por doquier. Antes de continuar, debo decir que yo; personalmente como Camélida de los Alpes, siempre he preferido a los gatos, perros y demás vertebrados de las peores calañas; ya lo he dicho antes, pero lo rectifico. Los perros y gatos “sin raza”, ¡son mucho mejores! No solamente son más durables (parece que hablara de llantas, ¿no?) Como sea, no creo que sean más o menos fieles, pero sí prefiero a los animales de arrabal..., sin embargo, Mushu, Yotala y Úrsula (mi gato y mis dos perras), son; los tres, de alcurnia, pero buehhh, eso es por cuestiones regalísticas; es decir, me los dieron como obsequio. Antes que ellos tres, tenía a distintos arrabaleros caminando en mi jardín. Murieron.

Bueno, la cuestión es que Mushu tiene una enfermedad complicada desde hace más de un año: Gingivitis y Estomatitis crónica; ¡el gato sufre mucho! Las encías se le inflaman, le cuesta digerir la comida, (por eso come atún y sardinas enlatadas), hasta que se cansa del sabor y entonces pasa a las croquetas de nuevo..., es una tragedia. El tratamiento consta de ir a la veterinaria unas dos a tres veces al mes (durante tres días seguidos), para que le hagan limpiezas en las encías, lo llenen de complejo B inyectable y de algún antibiótico que lo dejan devastado... La última vez que lo llevé a su tratamiento, debe haber sido hace más de dos meses, porque realmente es un parto meterlo a la jaula, llevarlo, sacarlo de la jaula, pasar por toda la curación y que luego el gato me mire con cara desdeñosa por el resto de la semana...

El doctor me dijo que se puede continuar con el tratamiento hasta que el gato fallezca por causas naturales y/o por la enfermedad, o a lo mejor deberíamos ponerlo a dormir, porque la vida que tiene el minino: -no es calidad de vida-. ¿Qué hago? Sé que todos deben pensar que soy una villana por tener al gato vivo, pero es que lo quiero mucho y no siento que tenga derecho a decidir por la vida del felino que crié desde bebé.

Mi novio tiene un gato rojo. ¡¡¡Es diabólico!!! En realidad el gato es anaranjado, pero yo siempre lo asocio con el color rojo porque es un gato infernal que se cuelga de las pantorrillas, se come tu helado y te rasguña la cara sin razón. Sin embargo, es adorable... A pesar de mi terrible alergia a los ácaros gatenses, lo mimo (hasta que debo tomarme un antialérgico), pero es que me fascina hablar de gatos y de toda su majestuosidad. Uh, al final este post se resume a mi gato y su destino, cambiemos de tema.

Tengo unas dudas densas sobre el equilibrio humano. Honestamente no soy una persona del todo equilibrada y no sé de dónde saco los cojones para escribir sobre personas y sus problemas psicóticos -si vale el término-, pero aún así me atrevo.

Tengo una conocida/amiga/rival (jaja) que se arrebata de vez en cuando y me manda a la mierda sin previo aviso. Ha llegado un momento de mi vida en el que estos atropellos han dejado de afectarme, es decir; “me vale”, me cansé de siempre intentar ser la “buena onda” en mis relaciones interpersonales, digo: ¿por qué? Váyanse a la mierda todos aquellos que piensan que soy una persona débil e insegura, puede que tengan razón, mas eso no les da derecho a actuar como perfectos idiotas cada vez que les place..., y no hablo solamente de mi “conocida/amiga/rival”, hablo también de un amigo al que -a pesar de su estupidez-, quiero mucho, ¡demasiado! Pero bueno, se dejó llevar por la corriente de salmones de río y se fue para el mar (no volvió), ojalá no se lo coman los tiburones rosados.

Otro “amigo” (ahí no vale el término) otro “conocido” al cual le tenía (aún tengo) un cacho de respeto, se porta -generalmente- como un perfecto imbécil. Oye, yo no sé qué hago para caerle mal a la gente, ¿no será no más que los otros son los que fallan y no yo? En realidad; no me interesa saber qué pasa, ni qué piensan..., soy demasiado -no quiero decir orgullosa-, en todo caso vendría mejor la palabra “simple”, como para andar preocupada del porqué de qué y cuándo, etc.
Es decir; si te caigo bien y te parezco una persona que vale la pena tratar, pues te aseguro que no te arrepentirás, de lo contrario, seguramente tú eres el que falla o tú eres el que carece de interés personificante y refrescante ¡jua!

Cambio de tema: voy a trabajar con niños huérfanos en Nepal. No sé cómo ni sé cuándo, pero más o menos sé qué papeleos necesito para irme. Mentira.

Se me fue la inspiración..., tengo que imprimir unas cosas y no tengo tinta en la impresora (bravo), así que debo salir e imprimir mi confesión.

Permiso. Idiotas.

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