Sobre el capítulo 7...


Julio Cortázar en su estancia en París tuvo dos gatos. Ella, una hembra coqueta, mimosa y un poco frívola, respondía al nombre de Franel, por su tendencia al flirteo y al libertinaje. Él, que era mas serio, un intelectual de izquierdas, se llamaba Theodor W. Adorno, como el filósofo del Círculo de Frankfurt que se llamó así, para llamarse como el gato de Cortázar.
Cortazar en Paris, saluda a un gato. Gato en París saluda a un Cortázar.
Pómulos altos, ojos imposibles, cabezas curiosas, tallas de Luanda. Los dos iguales a través del cristal de la ventana. A los dos les divierte su homónimo acongénere.

Comentarios

  1. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar
  2. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
  4. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

La Pequeña Gran Democracia

Sois un Gilipollas

Hoy