Hueveo Incondicional

Maldita ineptitud.

Tengo un post buenísimo (contando sobre mi traumático viaje), en el cuál todavía debo editar un par de cosillas, pero éste se enuentra en mi computadora y no capta la señal del amor que existe en mi nueva morada, y no voy a sacarlo con un flash! Me niego rotúndamente. Lo lindo de ese post (sobre el viaje), es que tendría que postearlo antes del lunes, (luego se darán cuenta del porqué). Ya, ya basta, ahora solamente escribo este fatal post porque tengo ganas y porque estoy aburrida. Valga decir que dentro de poco subiré varios cuentos -nunca antes publicados- (jaja) y que son muy buenos, solamente que me quiero organizar bien. La verdad es que mi traslado de ciudad fue en todo caso positivo -a pesar de que me esté resfriando y me haya llevado una decepción-, pero pues, ando tranquila.

Pronto comienzo a trabajar, a terminar unas materias horrendas que me faltan y a escoger tema de tesis. (Acepto sugerencias).

El clima en mi casa es del todo cordial, papá y mamá andan felices con el retorno de la menor, yo ando feliz hueveando todo el día y estornudando de vez en cuando y paulatinamente el miedo a morir por la Influenza se disipa. A pesar de leer en los periódicos noticias alarmantes y tristes, me mantengo firme (todos lo hacemos), pero es que una época de mi vida, -no hace mucho- esas cosas me hacían dudar sobre el triunfo de la vida, cachan?

Cambio de tema. Mi perra Cocker Inglés de 2 años, parece una pequeña oveja neozelandeza con sobrepeso. Cuando llegué a casa, pensé que murió y que mis benévolos padres quisieron cambiarla por un ejemplar ovino. Al final me di cuenta de que es no más mi Yotala. Se llama Yotala en honor a un pueblo EXTREMADAMENTE hermoso que está en Bolivia, cerca de una finca familiar en Sucre (capital de la república). Yotala (el pueblo), es dueño de mis mejores recuerdos en varias etapas de mi vida, tienen que conocerlo; es por eso que mi descendencia canina se llama así: Yotala.
La otra adquisición familiar es una pequeña perrita Schnauzer Miniatura llamada Úrsula. Tiene dos meses y parece un rata. Es de mi papá, y la adora.
Luego nos encontramos con Mushu Estéban; mi alcúrnico gato, Siamés de pura cepa, que se cree lo más grandioso que pisa la Tierra. Y por último encontramos a mi longeva tortuga, llamada Nabucodonosor. Nabuco vive con mi familia desde hace más de 15 años, pero creemos que tiene algo así como 50. Mi madre lo encontró en una calle y pensó -como muchos- que era una piedra, pero no, era Nabuco, su majestad. Pesa alrededor de 45 kilos y es bastante grande. Vive en el jardín y se le da plátano, zanahoria, lechuga y papaya. Larga vida al rey.

Personalmente yo prefiero los perros y gatos arrabaleros, esos que uno se encuentra en la calle, y como Veterinaria a medias y vehemente amante de los animales, siempre he poseído animales de arrabal. Ahora, el gato y las dos perras nos las regalaron, entonces es por eso que son finas y feas (no, mentira, son lindas, pero a mí me parecen más lindos los perros callejeros).

La perra que más amé en la vida se llamaba Anouk. Anouk tenía 5 (casi 6) años cuando fue asesinada. La envenenaron y no la pude salvar. Anouk era físicamente espantosa, pero por más cursi que suene, para mí esa era la perra más bella del planeta. Era, -por supuesto- perra de arrabal. La encontré un 24 de diciembre entre los escombros de una casa demolida, pesaba 300 gramos (o algo así) y no tenía dientes. Todavía mantenía el olor a la leche materna de los perritos bebés. Su cola fue mutilada por un gillete, que yo, -gentilmente- curé con antibióticos y mimos.
No permití que trajera cachorritos al mundo, porque sabía que nadie los aceptaría, y porque me entró el pánico de que si es que los aceptaban, no les darían calidad de vida a esos cachorros, por eso siempre opto por la esterilización (mientras antes mejor), en perros y gatos. Úrsula no ha sido operada -todavía- porque apenas tiene 2 meses; lo que me recuerda que Braulio, el perro de un amigo por demás imbécil, debe ser castrado pronto, así que imbécil; si lees este post, ya sabes.

Bueno, me he cansado. Estoy tomándome un break de las tecnologías porque SOY UNA INÚTIL y deseo aprender más pa' poder hacer cosas decentonas que agraden a grandes y chicos (no, mentira, siempre seré pésima con las tecnologías, como mi mamá cuando necesita ayuda para poner un dvd).

Me duele la cabeza, estoy con sorojchi <- mal de altura en quechua.

Anoche me fui de parranda con mis amig@s, pero no tomé alcohol, no, no. La pasé bien, buehh, me voy a hacer una siestecita (a las 11:33 de la mañana) y/o jugaré Pacman.

Espero no haberlos aburrido, no, mentira, ojalá sí se hayan aburrido.

Besos azules.

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