Antagonismo

¡Shhhh! ¡Shhhhh! No. No te preocupes, ¡soy yo! Ja ja, ¡si soy yo! Ahhh ya está. No hay por qué preocuparse, esto es poesía… música para mis oídos, es un deleite para mi vista… seda para mis dedos… no, si no se cómo describirlo realmente, es, es… es un placer indescriptible, más intenso que el sexo, más sublime que esos besos, si, ¿te acuerdas? Ahh, esos besos, esos que yo te enseñé a darlos cuando tú, no sabías nada de la vida.
Río. No se quién sabía menos de la vida, si tú o yo. ¿O los dos? Nah, es la misma cosa, ahora si que ya no importa. ¡Por Dios! ¡Estás frente a mí! Desnudo, inocente, dispuesto a lo que sea que yo pueda pedirte o demandarte… y no, éstas paredes no pueden verte, ni oírte, ni mucho menos ayudarte.
El vacío de la habitación se te hace insoportable, me miras, te miro, ¿qué piensas? No te pregunto, realmente no me importa.
Que grande se siente este espacio sin ti. Hmmm ironías de la vida, estás aquí, presente, me estás mirando, pero aún así estás ausente, y esos ojos de delirio no van a cambiar lo que pienso o lo que va a pasar en esta habitación.
Quiero que me hables, pero realmente no puedes y no se si es que te lo mereces o que, pero el asunto es que en este momento eres tan vulnerable que hasta cierto punto das lástima.
Haber, analicemos las cosas. ¡Puedo hacer contigo lo que quiera! En este momento tus silencios no pueden ser escuchados, tus colores no pueden ser degustados ni tu alma puede (todavía), separase de tu putrefacto cuerpo. Oh, perdón, todavía estás vivo.
No, no me mires con esa cara, lo único que estoy haciendo, es hacerte exactamente lo mismo que tú me hiciste a mí hace un tiempo, claro, un poco más intenso en tu caso, puesto que tú no pensaste en… matarme alguna vez, ¿o si?
Me siento. Enciendo un cigarrillo (sabes que no fumo, pero es sólo el cliché de la escena) expulso el humo hacia ti. Hacia tu pelo, hacia tus perfectas cejas hacia esa nariz que besé todos los días de mi vida (o de ese período de mi vida).
Siento que quiero llorar, pero ¿para qué? No tendrían ningún propósito (mis lágrimas) jajaja continuemos con el cliché.
Te miro o te contemplo, realmente no se que es lo que hago ahora. Y es que me das pena, no es justo que el placer que voy a vivir dentro de poco sea sólo para mí, en cambio para ti sea un suplicio. Un ruego de “basta” ahh ya, ya va a terminar, es cuestión de que nos acomodemos a la situación y que cada cual tome su rol como si fuera la última cosa que fuera a hacer en su vida (no puedo evitar reír un momento ahora, es que todo es tan perfecto y tan irónico que da risa, ¿que más da?).
¿Estás listo? No tengas miedo, no es tan terrible.
1… 2… 3… primer golpe. 4… 5… 6… segundo golpe. 7… 8… 9… tercero. Mierda ya no estás. ¡Ya no estas! Se supone que tenías que aguantar hasta el décimo golpe, pero es que la euforia que atraviesa mi sistema en este instante no me deja aguantar, por eso tuve que utilizar un poco más de fuerza. (Bruta en tu caso).
¿Qué voy a hacer contigo ahora? Nunca pensé que un castigo trajera tantas complicaciones. Pero también ignoraba el placer infinito que un castigo puede proporcionar.
Esta vez obtuve lo que quería. Te castigué, tal vez me excedí, pero finalmente logré mi objetivo.
Me levanto, me lavo las manos, te miro, me agacho, beso una de tus perfectas cejas y te digo adiós.

Comentarios

  1. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar
  2. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

La Pequeña Gran Democracia

Sois un Gilipollas

Hoy