Paralelo I
Hoy no está apaleada como los demás días. Es increíble cómo una persona puede cambiarle el ánimo y quitarle las ganas de seguir o parar, de decir o callar. Se ha dado cuenta (de una cosa que ya sabía) y es que odiar no la lleva a ningún lado, es más, la “deslleva” (entiéndase como usté quiera). Su vida anda a tropezones porque ella quiere y permite, y de ninguna manera pretende dar un discurso sobre estar bien y tratar de sacar conclusiones de circo como Og Mandino y esos charlatanes que no lee, aunque probablemente algún día lo haga… Solamente escribe hoy porque puede, y porque le da la gana (no quiere ser violenta, pero…) Lo único que la motiva ahora son las horas que le quita a los días y en las que espera para sentir sus pies a su lado y el aliento en su cuello; esperar esas veces de tardes largas con refrescos enlatados y películas de culto…, incompletas las muchas veces, interrumpidas por jadeos y llantos (no importa el orden), la verdad es que