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Mostrando las entradas de octubre, 2013

Reflexión de octubre

Qué grave che. Tengo los sesos blandos y las yemas de los dedos entumecidas por no escribir sobre lo que acaece en mi vida y por andar callando -tanto tiempo- lo que siento y pienso sobre esta cosa loca de los blogs, el anonimato, la popularidad y la crítica misma. Me puse a ver blogs de amigos antiguos, amigos que jamás llegué a conocer aunque me moría de ganas, amigos de los que en algún momento me enamoré (si, la Camélida se enamora bien facilito) y pues toda esa vaina. Qué será de sus vidas? Uno de ellos publicó más de un libro (ovación de pie) y el otro (de quien me enamoré full) hizo su última entrada en 2010 (genial por cierto) y después desapareció. Quizás se aburrió y ahora no se ocupa de su hobby tan viejo, o quizás esa enfermedad infame se lo llevó, no sé y no quiero saber, porque si es que me entero de que se me murió realmente me tocará hacer un duelo y componerme como buena Camélida pero como ando tan baja de defensas, prefiero no hacer suposiciones. Crec